¿Que qué hago yo aquí? Pues sí, esta semana tocaba post de Isa, pero por razones diversas resulta que me he colado y tendréis que conformaros conmigo otra vez.
En compensación, os traigo un temazo que os va a poner cardiacos perdidos y en
modo fin-de-semana-salvaje. Al menos conmigo funciona. ¡Cuánta suela habré gastado yo pegando botes con
‘Debaser’, madre mía! ¡Y cuántos tímpanos rotos con mis berridos!
Ésta es una de esas canciones que debería escucharse siempre con una calidad de sonido óptima, a un volumen considerable y en un garito amplio y sin aglomeraciones, para poder desmelenarse como la ocasión merece. Ninguna de estas condiciones se dan en mi
pisisito, por desgracia, pero aun así entro en trance cada vez que la escucho. En realidad, cada vez que pongo
Doolittle, uno de los álbumes fundamentales del rock de los 90 (1989, para ser precisos), con temas brutales desde el primero hasta el último, y mi favorito de
Pixies. Además [aviso: momento fetichista freak vacilón] lo tengo en flamante vinilo, que compré a un precio más que razonable en ese Edén llamado
Criminal Records. Me topé con la tienda en un viaje de trabajo a Atlanta, paseando por el barrio más chulo de la ciudad -Little Five Points, que visité por recomendación de mi gran amigo Andrés, quien siempre sabe dónde encontrar los mejores antros rockeros y baretos de viejales en todas las ciudades del mundo-, y me faltó nada y menos para encadenarme a la puerta y pedir asilo político. Mis sufridas compañeras casi tuvieron que sacarme a rastras del local ante la perplejidad de los dependientes.
Los fans de Pixies sabréis que ‘Debaser’ está inspirada en la peli
Un perro andaluz, como resulta evidente en la frase “slicing up eyeballs”, en referencia a la turbadora escena de la navaja seccionando el ojo de una chica. Se conoce que Black Francis estaba flipado con esta obra maestra del surrealismo fílmico, de tal forma que el tema es una especie de declaración de rendida admiración. “Cuando crezca quiero ser un
debaser”; traduciendo libremente, un perversor de las normas artísticas como el genio Buñuel y el genio Dalí. Y podemos decir que, a su manera, así fue.
Francis, que había estudiado algo de español durante una estancia en Puerto Rico, introdujo en la
letra en inglés ciertos términos en, digamos,
francospanglish inventado (“I am un chien Andalusia”) de una manera muy divertida, al modo de The Clash en
'Spanish Bombs' o
'Should I Stay or Should I Go'. A mí me emociona bastante que bandas tan increíbles se inspiraran en la cultura española para crear canciones memorables como éstas. Tan buen gusto artístico ya dice mucho a su favor, creo yo. Lamento muchísimo no haberles visto nunca en directo, y aunque pudiera hacerlo en una de sus resurrecciones, con un Francis
más parecido a King África que otra cosa y peleado a muerte con Kim Deal, seguro que no es lo mismo (¡y aun así iría con los ojos cerrados si tuviera la oportunidad!).
He encontrado por ahí una versión absolutamente infame de unos tipejos llamados Rogue Wave -ni los conozco ni quiero-, que no os voy ni a poner para que no malgastéis vuestro tiempo. Mejor empleadlo en escuchar el tremendísimo bajo de la fantástica Kim, los berridos de Francis y los guitarrazos de Joey Santiago. ¡Os deseo que este finde encontréis a un pincha apañado que salve vuestra vida y os ponga ‘Debaser’ a volumen atronador!... y sin garrafón. ¡Buena suerte!