DIEZ AÑOS DE CBR

miércoles, 31 de octubre de 2012

I've Got You Under My Skin (by Carol)

No soy una fan acérrima de Frank Sinatra. Si confeccionara la lista de mis 10 cantantes-bandas favoritas de todos los tiempos, al modo de Rob Fleming en Alta Fidelidad, La Voz no estaría en ella casi fijo. Tampoco soy experta en swing, big bands o jazz (para eso tenemos a Manu Grooveman y su magnífico blog La Música es mi Amante). Y, sin embargo, a veces tengo irreprimibles accesos sinatristas y me puedo pasar horas escuchando sus discos una y otra vez. Desde mi modesto (des)conocimiento de su obra musical, creo que su 'I've Got You Under My Skin' es una de las canciones más increíbles de la Historia. Cuando la escucho imagino enormes salones de baile con orquesta en directo y a mí misma transformada en una especie de Ginger Rogers, luciendo uno de esos fantásticos vestidos de vuelo y cintura de avispa y marcándome un baile de los que hacen época con algún consumado (y atractivo) bailarín. Vamos, una flipada que no veas. Pero ¿y lo bien que me lo paso?

En el instituto tenía un compañero de clase (que ya ha aparecido alguna otra vez en este blog, aunque él no lo sepa) que era ultrafán del Viejo Ojos Azules, y además cantaba muy, pero que muy bien. De pronto le daba por ahí y se arrancaba con un tema suyo. En vez de cargarse el pupitre garabateando "Nirvana" (o cualquier otro grupo del momento) o el nombre de alguna chica que le gustaba, como todo el mundo, escribía entera la letra de 'The Lady is a Tramp'. Un auténtico figura que despertó en mí la curiosidad por un hombre considerado por muchos el artista máximo, el crooner por excelencia, aparte de un tipo bien tremendo en lo personal.

Es bien sabido que 'I've Got You...' es una composición de Cole Porter (tremendo personaje también) y es larga la lista de cantantes que la han hecho suya, desde las ilustres versiones de Ella Fitzgerald, Dinah Washington o Carly Simon hasta las de crooners modernos como Michael Bublé o Jamie Cullum, pasando por el personalísimo cover de Neneh Cherry... y llegando al capítulo del horror con, ¡quién si no!, Michael Bolton, ese hombre. (Me niego a poner el link a la versión, que lo sepáis).

Seguro que ha formado parte de un sinfín de bandas sonoras de pelis que desconozco, pero sí recuerdo vivamente una escena chulísima de Los peores años de nuestra vida, en la que Gabino Diego se mete en el bolsillo a Ariadna Gil cantándole esta canción y eclipsando totalmente al guaperas sosón de su hermano (Jorge Sanz). Para gran disgusto mío, no ha habido manera de encontrar este vídeo para enlazarlo, pero si no la habéis visto, os la recomiendo muchísimo. De aquélla yo era una gran admiradora de Gabino y me pasé la película cruzando los dedos para que, por una vez, fuera "El Feo" quien se quedara con la chica. Bueno, sí, vale, estaba enamoradísima de Gabino Diego, ¿qué pasa?

Volviendo a la canción, todo en ella es perfecto: la música y los arreglos de Nelson Riddle; la voz de Sinatra, por descontado; su porte y su presencia escénica. Esa letra, romántica pero no diabética, sobre un affaire que sabes que no te conviene para nada, pero que no puedes evitar porque... llevas a esa persona bajo la piel. ¡¡¡Qué bonito, copón!!!

Don't you know, you fool, you never can win?
Use your mentality, wake up to reality
But each time that I do just the thought of you
Makes me stop before I begin
'Cause I've got you under my skin

Vamos allá:



Sólo hay algo que oscurece mi pasión por este tema, y es ese detestable disco llamado Duets. Ya sabéis, esos inventos de las disqueras para hacer caja en los que se forman parejas musicales inconcebibles. Pues no van y ponen a cantar esta maravilla a... ¡Bono! Hala, ahí tienes a La Voz (nunca mejor dicho, porque se ve que Sinatra ni apareció por el estudio; quizás estaba encerrado en su mansión, muerto de bochorno por haber aceptado tal cosa) mezclada con los aullidos de gato atiplado de esta "estrella del rock de las más influyentes, de las más acojonantes y de las más buenas". Menos mal que, años después, llegaron los Chanantes para vengarse en mi nombre y en el de toda la humanidad...


viernes, 26 de octubre de 2012

Feeling good (by Isa)

Voy a ser breve. Y no porque el tema que he elegido no me motive para escribir durante horas, si no porque acaba la semana, una semana dura de trabajo, y no puedo con mi alma. Estoy agotada, sí, pero es viernes, empieza el fin de semana y solo por eso: Me siento bien.

No es un homenaje al señor Flex, si no uno ligero -no doy más de mí- a la gran Nina Simone, probablemente la voz femenina que más me ha impactado desde que muy pequeña empecé a sentirme atraída por la música, y por su poder para modificar el estado anímico hasta de los humanos más insensibles.

La gravedad de su voz propia de un rango tenor es especialmente elocuente es este tema, donde sus silencios y los cambios de tono en momentos álgidos de la melodía le dan un aura mágica
a la canción compuesta por los ingleses Anthony Newley y Leslie Bricusse para el musical de 1965 The Roar of the Greasepaint—the Smell of the Crowd.




El vídeo no es ninguna maravilla, pero no había más... compensaré más adelante con los excelentes vídeos que hay en Youtube de otros grandes temas de la cantante americana, como 'My baby just cares for me' o 'Ain't got no, I got life'... pero hoy el tema tenía que ser este, por su letra vitalista y su estribillo cargado de buenos propósitos:

It's a new dawn
It's a new day
It's a new life
For me
And I'm feeling good

El temazo que os regalo este viernes ha sido interpretado también por artistas de lo más variopintos como Sammy Davis JrEels, Michael Bublé, Joe Bonamassa o George Michael, The Pussycat Dolls, Adam Lambert... Os dejo una de las versiones más recientes de la mano de Muse, que aunque no son santo de mi devoción se curran una cover bastante apañada. Aquí os la dejo, y lo dicho: ¡A sentirse bien!


viernes, 19 de octubre de 2012

Either Way (by Carol)

Esta semana he saldado una de mis más antiguas deudas musicales. ¡Por fin he conseguido ver a Wilco en directo! Ya fuera porque me pillaba con la cuenta corriente tiritando o porque reaccionaba tarde y me quedaba sin entradas, nunca había logrado ir a un concierto suyo. El martes pasado los astros se alinearon y allá fui cual devota de romería.

Cuando esperas algo con tanta expectación suele pasar: a) que se quede muy por debajo de tus expectativas, o b) que flipes muchísimo. Tengo que decir que no ocurrió ninguna de las dos cosas. Jeff Tweedy tiene una voz fantástica y se porta muy bien con el público, son unos músicos estupendos, se tiraron más de dos horas tocando, regalaron dos bises... Todo irreprochable. Pero -y ésta es una opinión absolutamente subjetiva por la que mucha gente me retiraría la palabra- a mí me faltó algo. Supongo que contribuyeron factores como su ¿excesiva? fidelidad al sonido de los discos (me gusta que los grupos innoven en sus versiones de directo), que empezaran con 45 minutos de retraso, que estaba bastante cansada e intentando defender mi huequito sin que se me pusieran delante ni "El Alto" ni "El Pelo a lo Afro"... y que en el repertorio apenas entraron una o dos de mis canciones favoritas. Me habría encantado escuchar la bonita voz de Tweedy en 'Please Be Patient With Me' o 'How to Fight Loneliness' o 'Nothing'severgonnastandinmyway(again)', o la canción de la que hablaré hoy, 'Either Way'. Sirva este post, pues, de pequeño desquite.

'Either Way' abre el sexto álbum de estudio de la banda, Sky Blue Sky (2007), recibido en su momento con cierta frialdad que nunca comprendí, porque me parece una maravilla. Este tema es una de las muchas joyas que encierra.

Una de las razones por las que existen el arte en general y la música en particular es, creo yo, para ofrecernos respuestas a nuestras pequeñas o grandes miserias. 'Either Way' ha sido más de una vez una respuesta válida para mí en momentos jodidos, de cruce de caminos en los que no era capaz de tomar una decisión o en los que intentaba entender el porqué de una traición inesperada y dolorosa. Y no me refiero sólo a cuestiones sentimentales, aunque sea de lo que habla la letra. A veces no hay nada que puedas hacer, sólo esperar a que algo suceda... pero siempre preparados para lanzarnos de cabeza a lo bueno que nos regala la vida:

I will try to understand
Everything has its plan
Either way
I’m gonna stay
Right for you


Escuchadla y decidme si no es más efectiva para superar los bajones que un pastillazo cualquiera. La respuesta no está "blowing in the wind", amiguitos; la respuesta está en la música (y, a veces, en el fondo de un vaso).

Disculpad por el vídeo, pero no he conseguido ninguno en directo con suficiente calidad. Hay algunos subidos por fans de mano temblorosa y con sonido que no les hace justicia, así que toca enlatado.

Nota: Leo con estupor en Jenesaispop que andaba por el concierto Dani Martín, ex cantante de El Canto del Loco, uno de los grupos que habrá que aniquilar cuando llegue la revolución musical de la que hablaba Nick Hornby en Alta fidelidad. Es decir, que al parecer es posible que te guste Wilco y luego hacer eso que él hace...



jueves, 11 de octubre de 2012

Easy (by Isa)

Ilustración de The Creative Panic

En mi oficina trabajamos con música. Normalmente suena un aleatorio de spotify con temas de todo tipo, una variedad muy de mi gusto, que soy ecléctica en lo musical (y en otras muchas cosas). Se mezcla soul de la Motown, con Pop español contemporáneo, tecno anglosajón ochentero, existencialismo noventero y mucho rock and roll de todas las décadas y nacionalidades... A veces la sana alternancia se rompe, y el sistema entra en bucle repitiendo la misma canción una y otra vez.

Normalmente esto nos irrita a cualquiera, dependiendo del grado de concentración y de abstracción del sujeto. Pocas cosas hay tan rayantes como la repetición convulsiva de una melodía. Recuerdo un episodio de una serie policíaca en la que el criminal torturaba a sus víctimas con la reproducción constante y sin pausa de una canción: Love is blue (¡la muerte!).

Hace un par de días el hilo musical de mi curro se quedó clavado en una de mis canciones favoritas y (casi) no me importó, porque a pesar de que tras catorce veces corrió el riesgo de pasar a las aborrecidas, 'Easy' es uno de esos temazos que te reconcilian con tu paz interior.

Compuesta por Lionel Richie en 1977, antes de convertirse en el gran hortera que llegó a ser en los ochenta, cuando aún lideraba a los Commodores, 'Easy' es una balada con reminiscencias country, que se convirtió enuna de las composiciones más famosas de la banda de funk de Detroit.

Destaca por su sencillez (por algo es 'fácil') y por una letra que supura alivio y paz, pese a la situación que describe: una ruptura sentimental: "Know it sounds funny, but I just can't stand the pain: Girl I'm leaving you tomorrow". Y es que cuando las cosas no funcionan no hay nada que produzca más sosiego que dejarlo...



Siempre me he sentido muy identificada con ese 'I'm easy like Sunday morning', y con ese canto a la liberación que es la estrofa que introduce el magnífico solo de guitarra: "I wanna be high, so high, I wanna be free to know the things I do are right. I wanna be free. Just me, babe". Una canción de las que se recuerda, aún sin escucharla 14 veces seguidas.

Como nota final, añadiré que yo descubrí 'Easy' gracias a la excelente versión de Faith No More, uno de los mayores éxitos de la banda californiana entre el rock alternativo y el funk metal de los 90. Aquí os la dejo:


¡Feliz juernes y como consejo para el puente: procurad ser fáciles!

viernes, 5 de octubre de 2012

Arco Iris (by Carol)

¿Veis ese vinilo que terminasteis por rayar de tantas veces que lo escuchasteis? Pues mi disco rayado es En el club, segundo álbum de Los Flechazos. Cómo no iba a ser así, si fue durante mucho tiempo mi grupo favorito (al menos en la categoría de contemporáneo y español), al que seguí con fervorosa fidelidad hasta que, poco a poco, sus canciones dejaron de emocionarme. La edad, supongo.

En esa etapa de ultrafán hubo muchos viajes para verles tocar, la mayoría de las veces a pueblos que quedaban donde Cristo perdió el mechero, previo soborno o lloriqueo a padres y hermanos mayores para que nos llevaran en coche; muchos disgustos cuando los bolos se suspendían por la lluvia; mucha memorabilia sustraída del escenario (desde púas de guitarra hasta botellas de agua vacías). En fin, pasión, pero pasión musical: no penséis que era un rollo boy-band de pibonazos, porque tanto el frontman, Álex Díez (ahora Cooper), como el resto de los integrantes eran chicos/a de lo más corriente. Era otra cosa. Era la música.

León es una ciudad pequeña y no demasiado interesante, pero curiosamente bulle una importantísima escena mod encabezada por Los Flechazos, que fueron uno de sus principales exponentes en este país junto a Brighton 64, Los Negativos, Los Substitutos o Los Elegantes. Yo nunca he sido militante de nada, pero simpatizo mucho con esta gente y con sus gustos estéticos y artísticos. Sobre todo les interesa la música y pasan tres kilos de las modas, y eso está bien.

Caí en la flechazoadicción con 17 años (anteayer, vaya). Tenía un par de compañeros de instituto que hablaban del grupo todo el tiempo, y un día encontré en las estanterías del difunto Discoplay su tercer disco, ¡Preparados, listos, ya!, que acababa de salir. Así que me lo llevé a casa y mi hermana y yo enloquecimos literalmente; lo poníamos tanto que mi madre, jartita de oírlo, llegó a amenazar con tirarlo por la ventana. En cuanto pude me compré el resto de la discografía y así llegué a mi favorito. En el club (DRO, 1989) es un álbum súper vitalista, muy fresco, con canciones repletas de referencias a la cultura sixties y a la rebeldía juvenil, que hablan de clubes nocturnos donde la gente baila hasta desfallecer, de cantantes de blues, de pintores de Pop-Art. Cuando se me pasó la fiebre estuve años sin escucharlo, y me encantó comprobar, cuando lo recuperé hace algunos meses, que mantenía intacta su capacidad para ponerme de buen humor. Me parece un ejemplo perfecto de cómo ha de ser un disco de pop, breve y contundente, y con una estructura perfecta: cada canción está exactamente donde tiene que estar y no se me ocurre ninguna mejor para cerrarlo que 'Arco Iris'. La portada es también genial.

Es complicado elegir un tema de ese disco, porque me flipan todos. Por ponerme estupenda, quizás el que menos me gusta es justo el que alcanzó más éxito, 'La chica de Mel' (infaustamente retitulada en algunos karaokes como “La chica de Miel”: sin comentarios). 'Arco Iris' es el más cañero del álbum, el que tiene un sonido más sucio y una letra más críptica y menos “teen”. Compuesta, como prácticamente todas las suyas, por Álex Díez, está inspirada en el libro de Saint-Exupery Vuelo nocturno. Consigue, creo yo, crear una atmósfera de desasosiego y aventura, reforzada por esa batería brutal, las guitarras afiladas y el inconfundible sonido del Farfisa de Elena.

Siento no haber podido encontrar un buen vídeo en directo, porque ¡cómo eran los directos de esta gente! Que se lo digan a mi querida amiga Trini, con la que compartí tantos conciertos, tantas afonías y tantas tortícolis bailando esta canción y berreando "o-o-oooos".