
Hace algunos años estaba muy entusiasmada con las bandas del nuevo brit pop (no sé si oficialmente se llama así, pero yo me entiendo), o “hooligan pop”, en especial con Kaiser Chiefs y Franz Ferdinand. El entusiasmo fue decayendo con el tiempo hasta casi desaparecer en el caso de los Kaiser, después de un último disco que ni fu ni fa y un bolo bastante cutre que dieron en Madrid hará unos tres años: tocaron una hora de reloj y se fueron; así, sin despeinarse (Isa CBR, de esto sí te acordarás tú).
El caso de Franz Ferdinand es un poco diferente. Si bien ambas bandas compartían facilidad para facturar singles brutales, los discos de KC siempre resultaban más irregulares, con un puñadito de canciones tremendas y otras rayando lo mediocre. Los de FF, sin embargo, tenían una calidad más homogénea; no saltabas impaciente de un corte a otro, sino que escuchabas el álbum de principio a fin bastante placenteramente (especialmente el tercero, Tonight, que casi diría que es mi favorito de la banda). El caso es que en estos tres años de silencio que llevaban me había olvidado prácticamente de ellos, hasta que lanzaron ese bombazo llamado ‘Right Thoughts, Right Words, Right Action’. El caso es que el disco en sí no me estaba gustando especialmente, hasta que el otro día, yendo en el autobús, algo me llamó la atención. Esa línea de bajo, esos teclados, el punteo de la guitarra... ¡Hala, cómo mola esto! ‘Treason! Animals’ me parece la joya escondida del álbum y me pongo cardíaca cada vez que escucho ese “I’m the king of the trees and animals!”. Aparte, estoy pilladísima con la letra, esa letra extraña y un poco sin sentido, que probablemente tiene algún significado oculto que desconozco (se agradecerán pistas si alguien las tiene; en ninguna entrevista de las muchas que han ofrecido últimamente he visto que hablen de ella...).