DIEZ AÑOS DE CBR

martes, 21 de agosto de 2012

It Won’t Be Long (by Carol)

La otra noche estuve lo más cerca que se puede estar de asistir a un concierto de The Beatles (sin contar uno de Paul McCartney, claro). Sixty-Four, cover band de canciones de los Fab Four, se estrenó con honores en el escenario del Cocodrilo Negro, gran garito ponferradino. Entre el repertorio, temas muy populares y otros más "ocultos" para el gran público, como una chulísima versión de Old Brown Shoe. Dada nuestra condición de beatlemaníacas confesas, hemos invitado a Sixty-Four -nombre inspirado en una de las canciones más bonitas del Sgt. Pepper's- a ser nuestras special guest stars en el blog.

Hablamos con Fran (batería), Fer (bajo y voz) y Dili (guitarra y voz). Luis (guitarra y voz principal) estaba ausente por motivos laborales, no es que le amordazáramos para que no participara en la conversación… Quiero dar las gracias a la banda y a su "Brian Epstein", Luis Carro, por la interesante conversación, por la diversión del concierto y por esa caña fresquita en la terraza.

Que nadie piense que Sixty-Four son cuatro señores disfrazados como los Beatles de la primera época. No buscan mimetizarse ni imitarlos, sólo divertirse y conseguir que el público se divierta. “Yo diría que somos innovadores a la hora de plantearnos las versiones. No buscamos que las canciones sean idénticas, aunque sí que se parecen bastante” (Fer). “Intentamos buscar un término medio, alcanzar un sonido parecido al suyo, pero también actualizarlas un poco. Hay muchísimos grupos de versiones de los Beatles por todo el mundo que son muy buenos, pero a veces ves a señores de 50 años apalancados tocando y… pues no mola. Al fin y al cabo los Beatles eran chavales que empezaron con 20 años, y tocaban con espontaneidad y frescura. No somos, digamos, tan formales como otros grupos de versiones. O eso intentamos” (Fran). “Yo creo que algunos de esos grupos están más preocupados por parecerse a los Beatles y moverse como ellos que de disfrutar las canciones. Nosotros no queremos estar encorsetados y dejar de hacer tal o cual cosa porque George no lo hacía, por ejemplo”. (Dili).

Es una decisión valiente, por no decir osada, versionar a la banda más grande de la historia del pop (estaré encantada de recibir comentarios de quienes discrepen). ¿Hay alguna canción con la que no se hayan atrevido? “¡Muchísimas!” (risas colectivas). “Para empezar, contamos con el problema de que no tenemos a alguien a los teclados, así que las canciones que llevan piano son muy difíciles para nosotros, aunque algunas las hemos adaptado a nuestra manera”. (Fran). “También ocurre que al principio las canciones te dan mogollón de respeto y crees que nunca vas a poder hacerlas, y luego te pones y las sacas, las haces un poquitín más tuyas… Hay otras totémicas que no se te ocurre ni tocarlas” (Dili). “Yo creo que el mayor inconveniente con que nos encontramos es que ellos cantaban como los ángeles. Canciones como Because ni nos las planteamos, porque ¿cómo vamos a conseguir hacer eso?” (Fer).

Hagamos un ejercicio de historia-ficción. Si los cuatro Beatles estuvieran vivos, ¿hubiéramos asistido a una reunificación de la banda? ¿Seguirían girando como los Stones? “Creo que no. Quizás se unirían para algo puntual. De hecho, el otro día me preguntaba, de haber estado John vivo, si los Beatles habrían tocado en las olimpiadas. Yo creo que no, sobre todo por George”. (Fran). “Sí, George era el que estaba más quemado de todos…” (Fer). “De todas formas, vete a saber, porque eran tan geniales y estaban tan locos que a lo mejor estaban dando un concierto en la luna o algo así. Los veo más haciendo algo así, más que algo tan… iba a decir vulgar… como una gira al uso” (Dili).

¿Puede haber algo más difícil que escoger un tema favorito de los de Liverpool? Retamos a los Sixty-Four a elegir su canción de buen rollo:

Dili: It Won’t Be Long

“Cuando era pequeño mis padres tenían la cinta de With The Beatles, y otra grabada con los Grandes Éxitos de Oro de los Beatles por una cara y ABBA por la otra. Yo debía tener siete u ocho años y me acuerdo de que aluciné en colores cuando las escuché. Recuerdo quemar el With The Beatles y poner una y otra vez el Grandes Éxitos de Oro, terminar la cara y rebobinarla para escucharla otra vez, porque ABBA no me gustaba. Claro, me obsesioné, aunque no entendía las canciones. With The Beatles se abría con It Won’t Be Long. Yo entendía “I Won’t Be Long” y la traducía como “No soy muy alto”. No sabes lo que es estar en tercero de EGB, sin saber ni una palabra de inglés, y de repente encontrarte con esa canción tan brutal. Encima con una letra con la que te estás identificando plenamente, porque crees que dicen “No soy muy alto” y tú eres un niño pequeño… Ahora me río cada vez que la escucho y me hace sentir genial. Aparte, creo que es una canción que te sube el ánimo. No sé, tiene todo. Me voló la cabeza”.


Fer: Eleanor Rigby
“Revólver es mi disco favorito de The Beatles, y dentro de él me quedo con Eleanor Rigby. Sí, es una canción muy triste, pero es muy emocionante, te pone los pelos de punta. Aunque te podría decir cualquier de ese discazo, como Taxman”.



Fran: A Day in the Life
“Me gusta A Day in the Life porque es muy experimental, con muchas cosas hechas al azar que salieron bien. Cómo unieron la parte de Lennon y la de McCartney; cómo experimentaron con arreglos de música clásica (pidieron a los músicos que tocaran al azar); ese despertador que suena por error, de repente; la voz de Mal Evans contando que se escucha por debajo porque el ingeniero no lo pudo eliminar; el acorde final de piano, tocando a la vez todos los pianos que había en el estudio, con el crujido del suelo de madera porque Ringo se mueve… Yo creo que en esa canción quisieron hacer muchísimas cosas especiales y lo consiguieron, porque estaban en un gran momento, con el viento a favor”.


Escúchales en: www.myspace.com/64beatlescoverband

jueves, 16 de agosto de 2012

Wrap your troubles in dreams (by Isa)

Viajar es, sin lugar a dudas, una de las actividades que más disfruto en mi vida. Suspender la realidad cotidiana salpicada de problemas -algunos graves, otros nimios revestidos de gravedad- para dedicarte durante unas semanas a fundirte con un paisaje y un ambiente ajeno por completo a tu rutina, a soñar... Envolver tus problemas en sueños (wrap your troubles un dreams)... es toda una terapia sanadora para cuerpo y espíritu.

Pues bien, dentro de una semana estaré empaquetando algunas de mis cosas en una mochila para sobrevolar con ellas el Atlántico... y ya no puedo pensar en otra cosa. Al otro lado del charco, me espera New Orleans, cuna del jazz, ciudad castigada por el huracán Katrina, y lugar que vió nacer al gran Louis Armstrong a principios del siglo pasado...

Podría elegir cualquiera de los temas que el maestro Satchmo interpreta con un alma y un swing que hace de cualquier canción una delicia para los oídos, pero 'Wrap Your Troubles in Dreams' transmite a la perfección mi anhelo más acuciante... (wrap your troubles in dreams and dream your troubles away...)



 'Wrap Your Troubles in Dreams'  es una canción popular compuesta por Harry Barris con letra de Ted Koehler and Billy Moll, publicada en 1931. La primera versión grabada ese mismo año está interpretada por Bing Crosby y la Orquesta de Gus Arnheim, pero la canción se convirtió en un standard de jazz, grabada por numerosos artistas incluyendo a Frank Sinatra, Doris Day, Dean Martin y, por supuesto,  Louis Armstrong...

La letra del tema no puede ser más vitalista, pero tengo que reconocer que la primera vez que tome consciencia de esta canción hasta el enamoramiento fue con una versión instrumental y no hace tanto... Y es que 'Wrap Your Troubles in Dreams' está incluida en la banda sonora de la película de Woody Allen  'Acordes y Desacuerdos', en una interpretación gypsy swing a lo Django Reinhart absolutamente maravillosa.




Y ahora, si me disculpáis voy a seguir soñando con mi viaje... ;-)

viernes, 10 de agosto de 2012

I Can't Help Myself (por Carol)

Hay estudios científicos que demuestran que si escuchas I Can’t Help Myself y no mueves ni un pie es que estás hecho de madera. En serio. Si en general el catálogo de la Motown (sello recurrente en varias entradas de este blog, como no podía ser de otra manera) puede considerarse un antídoto infalible contra la mustiez de ánimo, esta canción es el culmen absoluto del buen rollo. Probad a escucharla camino de otro gris día de curro, o de búsqueda de curro, y también mientras os estáis tuneando para salir de farra. Buen humor automático garantizado.

I Can’t Help Myself (Sugar Pie Honey Bunch) es uno de los mayores jitazos del sello de Detroit parido por la Santísima Trinidad Holland-Dozier-Holland. Con él (que cuenta, por cierto, con uno de los mejores títulos de la historia del pop), The Four Tops llegaron a lo más alto de las listas de éxitos en junio de 1965. Hace poco, un amigo (¡gracias, Jimmi!) me prestó un curioso documental acerca de la “fórmula secreta” que hace que una canción se convierta en un número uno. Uno de los entrevistados era, precisamente, Lamont Dozier, compositor y productor de ésta y otros cientos de maravillas de esa fábrica de hits que fue la Motown. Entre otras cosas, Dozier explicaba que la idea de la canción surgió recordando una escena de su infancia. Su abuela regentaba un salón de belleza casero, y su abuelo, que debía tener más peligro que darle un bongo a un jipi, solía piropear a las clientas con un (cito de memoria) "how are you, sugar pie honey bunch?”. Sobre la opinión de su abuela al respecto no comentaba nada…

Reflexionando sobre ese ingrediente mágico, Dozier mencionaba que un potencial hit debía tener algo “infeccioso” para que se quedara literalmente pegado en oídos y cerebro. Creo que no hay mejor palabra para definir este clásico del soul. ¡Bendita infección!

PD. No puedo cerrar este post sin hacer una mención especial al sastre que confeccionó los trajes que me llevan los Four Tops en esta intervención televisiva. El coreógrafo también tiene su mérito...

jueves, 2 de agosto de 2012

Comfortably numb (by Isa)

Hace ya la friolera de ocho años que fui a mi primer (y último) FIB. El de 2004 fue un cartel interesante. Viejas glorias como Lou Reed o los Pet Shop Boys y figuras emergentes como los que descubrí la misma tarde que Morrissey decidió que no se presentaba para desazón de los incondicionales del líder de los Smiths...

Scissor Sisters, las 'hermanas tijera', -un nombre en clara referencia a la postura sexual entre mujeres- fueron mi gran descubrimiento aquel día de música constante y calor húmedo en la costa mediterránea. Bailé como si me fuera la vida en ello al ritmo de lo falsetes de un Jake Shears tan histriónico como exhibicionista, que acabó desnudo sobre el escenario.

De las muchas canciones que me hicieron vibrar durante el par de horas que los Scissor Sisters estuvieron dándolo todo en Benicassim, y que me impulsaron a comprar el disco ipso facto, ésta fue la primera que me enganchó... aunque luego sean otras las que se enumeran en mis listas de favoritas. Es dífícil no contagiarse del ritmo frenético del tema desde sus primeras notas y ese 'Hello, is there anybody in there?'





Aquel sábado 7 de agosto, fue la primera vez que escuché "Comfortably Numb". Y fue una versión, aunque yo aún no lo sabía... No fue hasta años después que escuchando la composición original detecté la similitud... ¡y mira que es dificil! Y es que "Cómodamente insensible" es la sexta canción del segundo disco de la ópera rock The Wall ("El muro") de los míticos Pink Floyd, música de Gilmour y letra de Waters.

Con un ritmo mucho más lento que la canción de los tijeras, y un espectacular solo de guitarra: el tema, en sus dos versiones, es todo un estudio sociológico sobre la evolución en el consumo de las drogas: desde finales de los 70, con la heroína haciendo estragos y regalando viajes envenenados que revive fielmente el 'Comfortably Numb' de Pink Floyd, hasta la química de diseño y sudor hiperactivo que transmite la versión de Scissor Sisters.

Escuchad y disfrutad del subidón sin estupefacientes ;-)