Ya lo sé; estoy repitiendo grupo, algo que no había hecho desde que me subí a la nave CBR. Es más: estoy repitiendo disco, cuando habría cientos de canciones de Los Enemigos de las que querría hablar. Perdonen ustedes, pero sucede que ‘Paracaídas’ está siendo mi banda sonora mental de las últimas semanas y no se me ocurre mejor regalo que ofreceros hoy.
‘Paracaídas’ es un temazo bárbaro sobre una de las cosas más importantes que se pueden tener en la vida, y uno de los cortes más cañeros de La cuenta atrás. Para mí siempre ha estado cargado de significado. Admito que soy una persona bastante exigente en cuestión de afectos y a veces me paso de radical, pero nada me disgusta más que la “traición” (que puede tener muy distintos niveles) por parte de gente a la que quiero. Sin embargo, tengo grandísimos amigos que han sido siempre mi paracaídas, y quisiera pensar que yo soy lo mismo para ellos.
Las últimas semanas han sido para mí un poco complicadas, con un montón de temas por resolver en los que las cuestiones prácticas se han mezclado muy mucho con las emocionales. Es precisamente en esos momentos, en los que uno está raruno o directamente jodido, cuando queda claro quién te aprecia de verdad y quién no es más que tu amiguito 128 del FuckBook. Y eso no quiere decir que te estén llamando todo el tiempo. Simplemente, te hacen saber que están.
Cuando Josele Santiago compuso esta canción pasaba por una etapa chunga de yonkismo. Seguro que muchas veces sintió la alegría y la necesidad de aferrarse a alguien que le salvó de caer en picado:
Tengo amigos, te pueden librar
de caer al mar
Tengo amigos, te pueden librar
de soñar al sol
Sí, tengo amigos que nadie me presentó
No te los presto, si fueran para ti
no estaba aquí yo
Es una pena que no haya encontrado un vídeo en directo con sonido limpio, porque es en los conciertos donde Los Enemigos se hacen enormes (echad un vistazo a este link para haceros una idea). Prefiero que escuchéis la canción con más calidad y podáis escuchar la letra completa, que es, como todas las de Josele, una genialidad.
Estamos poco acostumbrados a decirle a la gente a la que queremos que, efectivamente, la queremos (que yo sepa eso sólo pasa en las películas americanas), y a eso he de añadir esa ranciedad innata (norteña, dirían algunos) que me hace ser un poco estatua de hielo algunas veces. Paracaídas míos, aceptad esta canción, que es mucho más chula y más certera que todas las palabras que pueda escribir yo. Gracias por no dejar que me despeñe montaña abajo... o por estar abajo para recogerme. ¡Vengan unas cañas, copón!
‘Paracaídas’ es un temazo bárbaro sobre una de las cosas más importantes que se pueden tener en la vida, y uno de los cortes más cañeros de La cuenta atrás. Para mí siempre ha estado cargado de significado. Admito que soy una persona bastante exigente en cuestión de afectos y a veces me paso de radical, pero nada me disgusta más que la “traición” (que puede tener muy distintos niveles) por parte de gente a la que quiero. Sin embargo, tengo grandísimos amigos que han sido siempre mi paracaídas, y quisiera pensar que yo soy lo mismo para ellos.
Las últimas semanas han sido para mí un poco complicadas, con un montón de temas por resolver en los que las cuestiones prácticas se han mezclado muy mucho con las emocionales. Es precisamente en esos momentos, en los que uno está raruno o directamente jodido, cuando queda claro quién te aprecia de verdad y quién no es más que tu amiguito 128 del FuckBook. Y eso no quiere decir que te estén llamando todo el tiempo. Simplemente, te hacen saber que están.
Cuando Josele Santiago compuso esta canción pasaba por una etapa chunga de yonkismo. Seguro que muchas veces sintió la alegría y la necesidad de aferrarse a alguien que le salvó de caer en picado:
Tengo amigos, te pueden librar
de caer al mar
Tengo amigos, te pueden librar
de soñar al sol
Sí, tengo amigos que nadie me presentó
No te los presto, si fueran para ti
no estaba aquí yo
Es una pena que no haya encontrado un vídeo en directo con sonido limpio, porque es en los conciertos donde Los Enemigos se hacen enormes (echad un vistazo a este link para haceros una idea). Prefiero que escuchéis la canción con más calidad y podáis escuchar la letra completa, que es, como todas las de Josele, una genialidad.
Estamos poco acostumbrados a decirle a la gente a la que queremos que, efectivamente, la queremos (que yo sepa eso sólo pasa en las películas americanas), y a eso he de añadir esa ranciedad innata (norteña, dirían algunos) que me hace ser un poco estatua de hielo algunas veces. Paracaídas míos, aceptad esta canción, que es mucho más chula y más certera que todas las palabras que pueda escribir yo. Gracias por no dejar que me despeñe montaña abajo... o por estar abajo para recogerme. ¡Vengan unas cañas, copón!
ufff... y que digo yo que soy uno del FB? pues que si quieres pa unas cañas tambien estamos, y pa echar un cigarrito...
ResponderEliminarGrandisima entrada
Jajaja... mi intención no era ofender a los amigos del FB ;-) En realidad me refería a esas personas que se hacen llamar amigos y a la hora de la verdad no puedes contar con ellos ni para cañas, ni para nada. Pero ya que lo dices, estarían bien unas birras para desvirtualizarnos :-)¡Gracias por tus palabras, camarada Moriarty!
EliminarCuando vienen mal dadas, es indispensable tener un buen colchón de gente dispuesta a amortiguar el golpe... O mejor aún de un buen paracaídas de amigos que alivien la caída :-)
ResponderEliminarLos enemigos han sabido plasmarlo en este temazo singular. Carol, siendo como eres, lo raro sería no querer ser tu paracaídas.
Gracias, compañera. Tu invitación a escribir en este blog ya fue en sí un paracaídas importantísimo para mí, y sigue siendo algo que me libera de un montón de paranoias (aunque aún me quedan unas cuantas ;-)
EliminarBuenas,
ResponderEliminarqué post tan bonito y qué temazo! Ni me había percatado que habías repetido grupo (ya no te digo disco) pero vale la pena por una canción como ésta.
Puedes estar segura de que esos paracaídas pueden estar orgullosos de serlo. Tienen que haber hecho algo muy bueno en otra vida y, si no tienes constancia, tanto mejor, porque entonces ha sido en ésta ;)
saludos!
Gracias, Robert B. :) Yo también creo que la repetición ha merecido la pena... y bien contenta que estoy de tener tan buena gente que me cobija, me abraza y también me zarandea cuando es necesario. ¡Salud y rock and roll!
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