Hoy es el cumpleaños de mi madre, así que este 'Sultans of Swing' va destinado a ella y a su amor por Mark Knopfler. Conozco a no pocos elementos que no soportan al ex lider de Dire Straits. Hortera es lo más bonito que dicen del escocés y de su mítica cinta de tenista en el pelo, pero a mí me la pela. Ya sabéis los que me seguís que desde que soy mayor no me avergüenzo ni me disculpo por gozar de lo que me mola, por mucho que a los eruditos y salvaguardas del buen gusto me miren con condescendencia. Desde aquí os lo digo: que os den.
Esta vehemencia mía se la debo a ella, a mi vieja, que es toda una rebelde y una insumisa a sus 67 castañas. También le debo mi afición a la lectura -que no es moco de pavo- y mi pasión por la música como algo indispensable para la vida. Gracias a mi madre, no soy capaz de tachar un día en el calendario sin haber escuchado al menos una canción que haga por salvarme la jornada. Ecléctica como ella sola le gusta el pop sesentero, el soul, la canción francesa, la música disco, la clásica, el new wave... de tó: desde los Beatles a ABBA, pasando por Dire Straits, Camaron, Aretha Franklin o Sabina. Su eclecticismo también lo he heredado.
'Sultans of swing' es una de sus canciones emblema y está en mi memoria auditiva desde que la tengo (se publicó cuando solo tenía tres años). Aunque el primero de los los discos de Dire Straits no sea el que más se ha escuchado en mi casa familiar, este tema lo tengo grabado en el subconsciente.