Bailaré sobre tu tumba (by José A. Plaza)

El 22 de noviembre de 1991, los vigueses Siniestro Total grabaron su primer directo, en la sala Arena de Valencia. Se llamó Ante todo mucha calma y, a las claras y sin tapujos, es uno de los mejores directos de la historia del rock español. El mejor, para mí, probablemente. Se publicó unos meses después, ya en 1992. Yo tenía 11 años y escuchaba desde Celtas Cortos a Barricada, pasando por Abba, Víctor Manuel, Sabina, Emilio Aragón y la Creedence. Ecléctico que ya era uno.

Podía haber elegido cualquiera de los 30 temas que componen el Ante todo mucha calma (disco que ahora, claro, tengo original en CD. Ojo, aún guardo la cassette que me grabé hace casi 25 años). Elijo su primer tema, 'Bailaré sobre tu tumba', porque es mítico: un himno golfo, un grito punk, un homenaje a varios grupos, un cachondeo del 14… Lo publicaron originalmente en 1985, en su cuarto álbum, que se llama como el tema: Bailaré sobre tu tumba. No es de sus mejores discos, la verdad. Pero la canción es imperecedera.Y merece la pena escucharla en directo.

En 1986 tocaron el tema en Tocata. Un enlace para los nostálgicos…

Pero, como digo, es mejor escucharles con sonido directo, el de Valencia del 93:

Mil maneras de morir asesinado por instrumentos y objetos musicales. Varias referencias a grupos míticos como los Shadows, los Rolling, las Shangri-Las o las Ronettes. Unos coros tan descolocantes que son geniales ("uah, churuweba, churuwáaa..."). Miguel Costas a la voz. Julián Hernández pone una letra tan mítica como él mismo. Ganas de cantarla pensando en gente indeseable al ritmo de rocanrol. Una intro protagonizada por el tema de Corrupción en Miami… Para qué más. Pelos como escarpias, oiga.

El Ante todo mucha calma hay que escucharlo del tirón. 30 canciones. Menos de una hora. Joyas como 'Camino de la cama', 'Cuánta puta y yo qué viejo' y '¿Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?', entre muchas otras. Y muchas versiones genialmente adaptadas al español: de Obús ('Vamos muy bien'), de Cucharada ('Quiero bailar rock and roll'), de ACDC (el 'Highway to Hell' se transforma en 'Somos Siniestro Total'), de Lynyrd Skynyrd (su 'Sweet Home Alabama' pasa a ser 'Miña terra galega'), Ramones (el 'Rockaway Beach' se convierte en 'Rock en Samil')… El disco es una maravilla, una inspiración, un set list engarzado como si las canciones se hubieras concebido para engarzarse así en directo.

Ahí va una historia de joven abuelo cebolleta. Escuchar el Ante Todo mucha calma me retrotrae a 6º de EGB. Un amigo gallego trajo, después del verano, una cassette con el directo grabado, de su hermano mayor. Ya sabéis cómo era aquello: empezó a rular de mano en mano y empezamos a copiarla para tenerla en casa. Cuando me tocó el turno y empecé a grabarla en mi radio de doble pletina… la original se enganchó, y aquella mágica cinta coloreada que iba enrollada en la cinta escapó de su engranaje y saltó por todas partes. Me quedé blanco.

Esa cassette de Siniestro Total era uno de los bienes más preciados de mi clase: si la rompía, podía darme por jodido entre todos mis (hasta ese momento, al menos) amigos. En fin, hice lo que todos hemos hecho muchas veces: echarle tiempo para volver e enrollarla, plegándola con cuidado, mimándola como si valiera miles de pesetas y dejándola casi como nueva. Lo pasé tan mal ese día (joder, qué mal), y tan bien el resto de mi existencia escuchando el Ante todo mucha calma, que es uno de los recuerdos imborrables de infancia.

Pues eso. Con todo el respeto, bailaré sobre tu tumba (uah, churuweba, churuwáaa…).