El martes tuvimos la suerte de vivir la primera de las dos noches que
Red Hot Chili Peppers tienen firmadas en
Madrid (
27 y 28 de Septiembre). El poder energético de la banda irrumpe con fuerza y puntualidad suiza para dar rienda suelta a sus decibelios y ofrecerlos a esos 15.000 fervorosos fieles deseosos de sudar y gozar con sus malditos héroes. La primera parte del concierto comienza con una intro Jam en la que Flea y Josh, comandados por el gran
Chad Smith a la batería, marcando el ritmo y mandando durante toda la noche y en una improvisación estudiada al dedillo, marca el rumbo para ofrecernos algunos de los ya míticos himnos de la banda californiana. '
Can´t Stop', '
Dani California' y '
Scar Tissue' rompen el hielo y nos ofrecen una versión de la banda quizás más funky que rockera apoyada en el bajo del gran Flea, ese australiano vigoroso(aunque menos enérgico que años pasados)que se atrevió entre el primer y segundo tema del show a chapurrearnos en su pobre castellano:”gracias España por Luis Buñuel, gracias por Picasso, gracias por Goya”. Su famoso vocalista,
Anthony Kiedis que, rodillera ortopédica en ristre(los años no pasan en balde como bien reza la letra de '
Sick Love' de su último álbum) se permite el lujo de desafinar una cuantas veces antes de entrar en calor y meterse en harina.