Me pido ser
PJ Harvey en una de mis reencarnaciones futuras. En concreto, y ya puestas a pedir, PJ Harvey en el momento en que compuso ‘This is Love’.
Se supone que
Stories From the City, Stories From the Sea (Island Records, 2000) no es ni de lejos el mejor disco de Polly Jean. De hecho, fue un tanto vapuleado por la crítica más purista, porque es algo así como su trabajo “comercial”, o el menos crudo y más "complaciente" en cuanto a sonido. Puede que sea así, pero qué queréis que os diga: no tengo nada malo que decir de un álbum impecable desde el primer corte hasta el último y que contiene una barbaridad como ‘This is Love’.
Hace unos 10 años viajé a Dublín por primera vez. Aunque fue por motivos de trabajo, tuve casi un día entero para visitar la ciudad, tiempo suficiente para entusiasmarme con ella, tomarme dos o tres pintas de Guiness y regresar al hotel para el copeo de bienvenida del
sarao por el cual estaba allí. Cuando subí a mi cuarto estaba un tanto embriagada por la belleza del lugar, la hospitalidad irlandesa… y por todo lo demás. En fin, que me encontraba en ese estado perfecto en el que tu mente, aunque ligeramente “acolchada”, está abierta para recibir la visita de las Musas y que te dicten al oído La-Gran-Novela-de-tu-Generación.
Yo no les di tiempo a aparecer, porque encendí la tele (como por entonces mi inglés era mucho más deficiente que ahora, puse la MTV, que era el único canal en el que no hablaban “raro”). Sin embargo, me encontré con otra forma de Revelación. Ahí estaba la Harvey, con esa increíble versión del traje de Elvis en Las Vegas, sobre un fondo blanco, sin más artillería que su guitarra, su voz y su lapiz de labios rojo. Me quedé mirando a la pantalla totalmente ojiplática. Yo, que no era ni mucho menos ultrafán de PJ y que milito en la causa hetero (al menos de momento), me quedé flipada con ese riff de guitarra, con la fuerza que ella transmitía, y me pareció la tía más sexy del mundo, y pensé que nunca antes había escuchado a ninguna mujer
cantar de esa manera sobre el amor y el deseo. A la mierda las complicaciones de la vida, a la mierda el miedo; lo único que quiero es tocarte y contemplarte desnudo, y con eso me basta:
I can't believe life's so complex
When I just wanna' sit here and watch you undress
Esa sensación no se tiene muchas veces en la vida. Al menos, no yo. Y cuando pasa… pasa exactamente como ella dice.
Por alguna extraña razón, la mayor parte de los vídeos colgados en Internet están cortados al final, y precisamente el cierre de esta canción es otra de las cosas que la hacen increíble, así que me ha costado un rato encontrar el bueno. No hay muchos temas que sean redondos en el sentido literal de la palabra, construidos de manera que su inicio y fin rocen la perfección. Éste lo es. [
Y éste también, aunque no venga a cuento, pero siempre es un buen momento para recordar a
The Smiths].
PJ Harvey — This Is Love from
Vitaliy Siroshtan on
Vimeo.
Sólo puedo suscribir las palabras del periodista que la
entrevista para GQ: “Cualquier persona lo bastante insensata como para requerir pruebas de que PJ Harvey es la diosa del rock por excelencia de los últimos 20 años, sólo tiene que ver el vídeo de su himno ‘This Is Love’ ".
Otra cosa que amo en PJ es el poso de oscuridad y cierta desesperación que siempre hay en sus canciones, incluida ésta, aunque sea una celebración del enamoramiento bestial. O como en esta otra maravilla compuesta mano a mano con John Parish. Pelos de punta, no os digo más nada.
¡Feliz y hedonista fin de semana del Orgullo, lo celebréis o no!