Mi ciudad natal es en realidad un pueblín venido a más, una aldea con mucho garruléitor con ínfulas, pero también, afortunadamente, con personas estupendas a las que quiero y respeto. Mantengo con ella una relación extraña de afecto y repulsión (aunque no al cincuenta por ciento), y si bien es cierto que siempre que la visito me suelo divertir, hay algo que me aleja de ella irremediablemente. Soy dubitativa y de ideas turbias, pero si algo he tenido claro desde siempre era que tenía que tomar las de Villadiego cuanto antes. Lo cual no quita para que cuando me dejo caer por allí me lleve lo mejor de ella -la buena compañía y los buenos vinos, básicamente-.
A lo mejor es por eso que siempre me gustan las canciones que hablan, directa o indirectamente, de escapar de alguna parte. Supongo que todos tenemos en algún momento el deseo de huir, sea del lugar en el que vivimos o trabajamos o de alguien que nos tiene atrapados, o de nosotros mismos.
Fly, fly away from this dirty boulevard,
que dice el Genio.
'Town Called Malice' es una hermosa canción inspirada por una ciudad chunguita (o eso parece):
Woking (Surrey, Inglaterra), donde nació y creció
Paul Weller, The Modfather, uno de los músicos más admirables y de los hombres más atractivos y que mejor saben llevar un traje en este mundo (información extramusical, sí, pero tenía que decirlo). Llevaba tiempo queriendo sacar un tema de
The Jam y manteniendo encendidas discusiones conmigo misma porque no me decidía por cuál. Tienen tantos temazos que no puedo afirmar que ésta sea mi canción favorita de la banda, pero sea como sea, me pone cardiaca perdida. Aparte,
suena en “Billy Elliot”, una de las pelis que más me han entusiasmado en los últimos 10 años y con una de las bandas sonoras más brutales de la historia del cine.
Incluida en su álbum The Gift (1982), ‘Town Called Malice’ supone un punto de inflexión en la evolución musical de The Jam. El inquieto Weller empezaba a sentirse encorsetado en el revival mod y en la formación guitarra-bajo-batería y estaba empapándose de
Northern Soul y de los sonidos negros americanos más allá de las piezas más célebres de Stax y Motown. Así que con ‘Malice’ empiezan a moverse en esa dirección, introduciendo ese teclado tan característico sin el que la canción no sería la misma.
¿Puede una melodía que contagia tanta energía y felicidad complementarse con una
letra jodida? Pues sí, puede. Tan agudo observador de la Inglaterra de su época como
Morrissey o
Joe Strummer, The Modfather había escrito la letra antes de que compusieran la música, como reflejo de la depresión económica y social no sólo en su Woking natal, sino en la que empezaba a sumirse todo el país con los ajustes férreos de la Thatcher, poniendo en pie de guerra a la clase obrera y los sindicatos. La buena noticia era que se podía escapar de ese panorama de trenes fantasma y de amas de casa pasándolas putas para llegar a fin de mes.
Stop apologizing / for the things you've never done / Cause time is short and life is cruel / But it's up to us to change. Como explica el propio Paul en este
recomendabilísimo artículo suyo y del bajista Bruce Foxton: “La canción es una extraña contradicción. Sube el ánimo, pero también encierra un duro realismo” (la traducción es mía y un tanto libre).
Como no podía ser de otra manera, este jitazo se disparó al número 1 de las listas de éxitos. Estoy con Weller cuando dice: “Es una de mis mejores canciones, líricamente y en términos de lo que significa para la gente. Creo que todavía es relevante. No pienso que hayamos avanzado mucho desde entonces”.
Ya sé que decimos lo mismo de todas las canciones… ¡pero esta vez es verdad!: si no bailas cuando la escuchas, si al menos no mueves los pies o la cabeza o tus dedos tamborilean sobre la mesa en cuanto empieza a sonar la línea de bajo… sentimos decirte que estás muerto.
¿Hace falta decir que amo los clips de Top of The Pops, a su público bailongo y a Paul mascando chicle mientras canta?
No soy tan viejuna como para haber visto a los Jam en directo (por favor, que nadie mencione a esos From The Jam perpetrados por Foxton, que ni son Jam ni son ná), pero sí he tenido la suerte de ver un par de veces a The Modfather, una de ellas en la gira de su increíble acústico Days of Speed. Y ahí cayó esta maravilla, aunque para mi gusto, donde esté la original… Perdonad por el cutrevídeo, pero no he encontrado ninguno del directo (de millones de tíos anónimos haciendo versiones, sí).
PD. Quiero agradecer a nuestros crecientes fans las sugerencias musicales que me están haciendo y que prometo tener en cuenta, siempre y cuando se ajusten a la temática del blog. ¡No me pidáis baladones! ;-)