DIEZ AÑOS DE CBR

miércoles, 27 de marzo de 2024

"Se dice" (by Carol)

Concha Piquer


Acostumbramos a dar por hecho que antes de nosotros no ha habido nada. Que nuestros padres no saben lo que es pillarse un ciego ni fumarse un peta. Que nuestros abuelos no follaban (bueno, sólo un poco, para concebir a nuestros progenitores). Que ningún músico antes de los 60 había cantado letras provocadoras que escandalizaran a las "gentes de bien". Casi siempre nos equivocamos, por supuesto. No deberíamos dar nada por sentado nunca, eso para empezar. 

En el ámbito musical, algo que muchos asumimos sin más es que la copla es un género casposo, franquista y hortera. 

Y en estas que vas y te das de bruces con letras como: 

Amar, yo quiero amar con libertad 
porque nací mujer 
para querer 
y hacer mi santa voluntad. 

Amar, sin escuchar el qué dirán,
pues todo es hablar, 
hablar por no callar.

No, no es Beyoncé, ni Miley Cyrus, ni Alaska, ni Madonna, ni Kathleen Hanna, ni muchísimo menos Shakira (esa mujer que factura, pero no paga impuestos). Es Concha Piquer en los AÑOS 30, cantando "Se dice". ¡Ahí la tenéis!

Admito que la copla es un género que no tengo yo nada trabajado. Vamos, que no la he escuchado con interés en la vida, más allá de cuando mi abuela Dori canturreaba alguna tonadilla cuando veía con ella "Cine de barrio" los sábados por la tarde, en la época gloriosa de José Manuel Parada y su pianista (de quien nunca supimos el nombre hasta que riñeron por un quítame allá esas pajas y, entonces, nos enteramos de que se llamaba Pablo Sebastián). 

Eso en casa de mis abuelos, porque en la de mis padres, no podía ni mentarse. La dictadura, con gran astucia, se apropió hábilmente de ciertos símbolos y elementos culturales (¿os suena esto de algo?), de manera que ese significado ha llegado hasta nuestros días. Como la bandera roja y gualda, también la copla era identificada por las generaciones que vivieron el franquismo como música vieja, música facha, música del nacionalcatolicismo, y abrazaron con ganas en su lugar el rock y con la canción protesta

Desde hace algunos años, está surgiendo una inquietud por reivindicar y resignificar este género, que no era sino la música popular del momento, a través de la que las mujeres (especialmente las de clase más humilde), relegadas al ámbito doméstico, veían el mundo, lloraban sus penas y reían por lo bajo. Un género que, además, cantaba muchas veces a las pasiones prohibidas de todo signo, a los deseos de libertad, a los marginados y raritos, a "la querida", ¡qué horrible epíteto! (la que "a nada tiene derecho", como reza el "Romance de la otra"). Incluso se burlaba de las convenciones sociales, como en la guasona "Compuesta y sin novio" ("Compuesto y sin novia", en la versión de Miguel de Molina), que se chotea de la vida mustia de los matrimonios y se jacta de lo a gusto que se está soltera/o: 

"¿Por qué no te casas, niño?", dicen por los callejones.
Yo estoy compuesto y sin novia
porque tengo mis razones.

(Y quien quiera entender, que entienda). 

Para mí fue una sorpresa descubrir cuán transgresoras eran muchas letras y muchas grandes figuras de la copla, en especial la mencionada Concha Piquer, a través de dos estupendas obras gráficas que os recomiendo muchísimo: Cosas nuestras, de Ilu Ros, y Doña Concha. La rosa y la espina, de Carla Berrocal

Este último cómic, una biografía de la Gran Señora de la Copla aderezada con entrevistas a expertos del género, me lo leí hace unos pocos días. Lo terminé durante un largo viaje en autobús, donde me animé a escuchar algunas de las más célebres tonadillas de la Piquer. Si bien es cierto que la mayoría narran sinsabores, desengaños e incluso crímenes, también las hay muy divertidas. Es el caso de "Se dice", que parece una marcha militar, pero luego se descuelga con una letra muy graciosa y atrevida para la época que, como os contaba al inicio de este post, más de una rebelde habría querido componer: 

Se dice si va sola: "¡Qué desgraciada es!".
Se dice "¡qué coqueta!" si con un hombre va. 
Si ven a dos mujeres, también se de dice que...
El mundo está al revés, la cosa es murmurar. 

Eres muy buena si con arte sabes fingir 
y eres muy mala si no sabes disimular 
y con la verdad 
pretendes vivir.

[...]

Que digan lo que quieran, ¡a mí qué más me da!,
pues hace un rato largo que yo me convencí
que el mundo entero es un patio de vecindad
y hay que tomarlo así,
da esa casualidad.

Y es que Doña Concha era una mujer de rompe y rasga, con mucho temperamento, como antes se decía. Hasta se atrevió a posar semidesnuda envuelta en un mantón de Manila, y abonó unas cuantas multas por negarse a cantar "Ojos verdes" con la letra cercenada: la censura prohibía mencionar la palabra "mancebía", veto que la Piquer se pasaba por el arco del triunfo, porque lo primero para ella era el respeto al arte y a su público. Ella protagonizó, por cierto, la primera película sonora, en 1923 (hasta no hace mucho, se consideraba que esta era "El cantor de jazz", de 1927). 

Ahí va "Se dice". Aviso: ¡más pegadiza no puede ser!


Maravilla de letra, género "el vulgo me apunta con el dedo y a mí me trae al fresco", y aquí es donde alguien me arrojará piedras por entroncar la copla con Brassens, Joan Jett o Alaska, por poner algunos ejemplos de músicos que reivindicaron su derecho a hacer de su capa un sayo a través de sus canciones.

Extraña e irritantemente, no he conseguido encontrar trazas cien por cien fiable ni del año de grabación (en algunas fuentes veo 1931; en otras, 1933; en otras, 1941) ni de los compositores. En algunas webs consultadas se la atribuyen —erróneamente, se ve— a los incondicionales de doña Concha, la tríada Quintero, León y Quiroga, aunque parece que se la debemos a los compositores José Casanova "Novacasa", Miguel Caro ValeroJosé María Rodríguez Serrano Landeyra (conclusión a la que he llegado casando los datos del vídeo de YouTube que incluyo con este registro de la Biblioteca Digital Hispánica y alguna otra pista). ¡Tanta IA y tantas leches para no encontrar datos a la primera! 

Para ir terminando la chapa, os sugiero que, si os pasa como a mí y siempre habéis pasado total de la copla, le deis una oportunidad a este género. 

¡Que paséis unos estupendos días de descanso entre torrija y torrija! (y/o de santidad, como cada cual guste). 

3 comentarios:

  1. Mujeres avanzadas,
    en cada epoca ,
    ahora , lo de la
    Cyrus, es mas.
    postureo que
    otra cosa , y
    supongo que
    tambien habia
    sexo oral, no
    hablado, que
    eso todavia
    escandaliza ,
    sino chupar,
    y como dicen
    en mi tierra,
    lambiar .

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  2. La copla como género musical es muy anterior al franquismo. Esta canción es un claro ejemplo. Durante la dictadura difícilmente podría haberse cantado en público algo así y aún menos producirlo o publicarlo.
    Desde el sur y desde abajo Carlos Cano intentó quitarle esa caspa de la que hablas. Quizá sea ese uno de los motivos por los que hace casi un cuarto de siglo que nos dejó sin haber podido eliminar estos estereotipos. Una vida no es suficiente para eliminar los clichés.

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