'Alive' (by Isa)

Ya estoy vacunada. Otra cosa de la que me he librado. He escapado ilesa por fortuna, esa que otros no han tenido. Otros, muy queridos, se han quedado en la estacada o lo han pasado muy mal y sobreviven con secuelas por culpa de este virus maldito. Vendrán otras enfermedades, otras desgracias, pero de esta ya he salido. Y puedo respirar, con alivio de superviviente, porque todavía estoy viva. I'm still alive, como dice el tema de Pearl Jam. 

Llevo años acariciando la idea de dedicar un post a los de Seattle, pero es otra la canción que tengo esperando su oportunidad en borradores... ya le tocará. Hoy, ahora, el cuerpo me pide clamar con fuerza que sigo viva a pesar de todo. La Generación X se vacuna contra el coronavirus y en nuestros oídos resuena 'Alive', como en esta actuación en la BBC.

'Alive' fue el primer sencillo del álbum debut de Pearl Jam, pero no la primera canción que les "escuché" (con los oídos y no solo con las orejas) fue 'Jeremy', también en el 'Ten'... Recuerdo como me flipaba la cara de pirado de Eddie Vender cantándola en el vídeo, ese vídeo tan impactante que rezuma locura y violencia, con esa historia tan chunga detrás. Yo tenía la edad de Jeremy cuando se suicidó delante de sus compañeros y su profesora en el aula, y, como él, también había sufrido acoso escolar, así que el impacto de la canción en mi impresionable mente fue brutal... Poco después uno de los chavales más guapos del colegio, un año menor que yo, se quitó la vida. La adolescencia es una edad muy jodida, pero, con suerte, se sobrevive, como al COVID. 

Desde luego, 'Jeremy' no es muy CBR, pero es que en general cuesta encontrar hueco a Pearl Jam entre el buen rollo, porque su estilo es bastante oscuro, con letras más bien deprimentes. Ni siquiera 'Alive' es una canción vitalista pese a lo que pueda parecer a simple vista. Esta canción que, como Vedder reconoce, se ha convertido en un himno a la vida en sus conciertos, en realidad fue concebida como un reproche a su madre por haberle ocultado que su padre biológico no era el que él creía hasta una vez muerto. Así que el "I'm still alive" del estribillo viene a decir: "mi padre se ha muerto y yo ni le conocí y ahora tengo que vivir con ello, porque yo sí sigo vivo". Ese mismo "I'm still alive" es el que el público berrea con alegría de vivir en los estadios cada vez que Pearl Jam toca 'Alive'. Toma giro del destino.

Toda esta historieta de telefilme de sobremesa en Antena 3 es el germen de una canción icónica, la primera gran canción del grupo, y la que inicia la macabra trilogía de Mama-San (que significa algo así como madama en japonés). La trilogía de la que también forman parte 'Once' y' Footsteps' cuenta la historia de un hombre que se convierte en asesino en serie y acaba en la cárcel, tras haber sufrido abuso sexual en su infancia por parte de su madre que no puede evitar acostarse con un muchacho que le recuerda tanto al padre, su gran amor, ya muerto. Telita.

 

El vídeo tiene poca gracia, salvo por ver los saltos grungies de los mermelada de perla. Es un montaje de uno de los primeros conciertos de la banda, donde podemos ver a Eddie con la misma camisa de cuadros que en los pocos vídeos que hay, porque después de la polémica suscitada con 'Jeremy' en la MTV con censuras y controversias, en las que se les llegó a acusar de fomentar el suicidio o la violencia juvenil, Pearl Jam decidió dejar de hacer videoclips.

Unos años después, cuando ya estaba en la facultad, Pearl Jam conquistó la cima de mis preferencias musicales durante bastante tiempo, gracias al 'Vitalogy' -qué puta obra maestra- y a un muchacho japonés con el que tuve un breve idilio -carnal, primero y epistolar, después- que me lo regaló en versión CD. El chaval se llamaba Dai-Chi, y parecía el héroe de una serie de manga, tenía el pelo negro, largo y lacio, la envergadura de un samurai, y los dedos suaves, ágiles y diligentes de un guitarrista. Todavía guardo sus cartas y el recuerdo de nuestro último beso a la entrada de la Plaza de Toros de Las Ventas. Todo muy kitsch. 

Llegada la madurez he vuelto a disfrutar de los grandes temas de Pearl Jam, me emociono con 'Better Man' (una de mis canciones favoritas de todos los tiempos) y su forma de tratar la resignación ante una relación fallida, muchas veces con violencia detrás, y salto como una loca con 'Even Flow'.  Tengo la espina clavada de no haberles visto nunca en directo. En 2006, tocaron en el Palacio de los Deportes y me quedé sin entrada. Volaron. En 2007, en el Festimad, en Leganés sí que conseguí entrada pero no pude ir en el último momento, no como Javier Bardem, y dos de mis mejores amigos que sí que estuvieron. Y en 2018, lo dieron todo en el Madcool, pero pese a que mi hermano intentó arrastrarme estaba demasiado débil por la quimio para un concierto de rock de verdad. Quizá en 2022, si tengo suerte, podré berrear en vivo (nunca mejor dicho) eso de "I'm still alive".