Jay Kay y su banda han protagonizado este espacio en más de una ocasión con sus canciones buenrolleras, tanto las hedonistas e indolentes de los últimos tiempos como las comprometidas social y mediambientalmente de finales del siglo pasado. Y es que Jamiroquai llevan ya 25 años sobre el escenario, como nos recordaron en varias ocasiones ayer en el Palacio de los Deportes (Wizink para los milenials), siete discazos a sus espaldas, un recopilatorio (High Times) y mucho groove en las caderas ("my hips don't lie", dijo el de Manchester anoche citando a Shakira).
Empiezan puntuales, ante un auditorio abarrotado y con ganas de cachondeo... era su noche de salir, de entregarse al furor de los temas que llevan bailando desde sus años mozos. Así estaba yo. A quince años de mi primer directo de Jamiroquai, en Granada. Con nostalgia efervescente. Jason aparece en el escenario en chandal -como acostumbra- y un casco de puas iluminado como las luces de un árbol navideño. Se le ve entrado en carnes, sí. Pero yo también tengo algún kilo más que entonces y los ligamentos menos engrasados... así que no soy quién para criticar. Ni ninguno de los que tengo alrededor... Al menos, él conserva el pelazo -que no es poco-.
El espectáculo se abre con 'Shake it on', un tema futurista de funk electrónico de su último disco que nos viene muy bien como calentamiento. Aún no ha saludado con el clásico "Hola Madrid" y ya acomete 'Little L' para que vayamos dejándonos la garganta, recuperemos la mobilidad de las vértebras,y le demos ritmo a la cosa con las dos palmaditas de rigor. Volvemos al último disco, el de este año, con el tema que le da nombre, 'Automaton', una canción con efectos de androide ochentero muy de moda, ahora que estamos viviendo este revival de Blade runner filosófico y estético. Y ahora ya sí, nos saluda y nos hace un poco la pelotilla, que es lo que toca ("sois una audiencia increíble, I can feel it").
Vuelve a sus inicios, y nos lleva al 94, a su segundo disco con 'The Kids' uno de esos temas reivindicativos -este sobre los derechos de los niños- y el tema estelar del mismo, 'Space Cowboy', que estuvo prohibido en Reino Unido por hace apología de las drogas. Jamiroquai tiene para todos, y todos disfrutamos, aunque mis dos favoritas del álbum ('Stillness in time' y 'Half a man') no estén en el repertorio. Volvemos todos al éxtasis con 'Alright' cuyo estribillo gritamos sin parar de bailar como locos, como corresponde con los clásicos que dan paso a lo nuevo, porque ahora le toca el turno a 'Cloud 9', de la que hace una versión, soul funky muy made in the house. Para mí el mejor tema del disco. Continuamos con las novedades, con la pizpireta 'Superfresh'.
Con 'Cosmic girl' llegamos al ecuador de la noche y a su punto más álgido. Todos estamos en trance astral. Send me into hyperspace when I see her pretty face. A Jay Kay se le nota el agotamiento vocal y aprovecha para presentar al trío de coristas de primer nivel que le acompaña, y que son protagonistas absolutas en el tema que sigue 'Don't give hate a chance', del Dynamite (2005). Tremendas. Toca volver al Automaton, con 'Something about you', previo paso al aeróbico 'Runaway', el único single del High Times (2006) y de ahí al principio de los tiempos, al Emergency on Planet Earth, al tema que da nombre al disco. Vale. Pero ya puestos, hubiera preferido mil veces 'Too young to die', una de las CBRs de mi vida (suspirito).
Entramos en la recta final, con 'Canned heat' volvemos a bailar y a cantar como posesos y sin pausa, porque Jamiroquai enlaza el super hit del Synkronized con el 'Love Foolosophy' antes de despedirse dando las gracias. No nos damos por vencidos, somos love fools: we don't want the world, we want you. La multitud saca sus móviles y nos convertimos en luciérnagas entregadas a un rugido general de oeoeoeoe para implorarles que vuelvan. Y vuelven, claro. Y nos regalan el 'Virtual Insanity', para recordarnos que las cosas siguen más o menos igual que como predecíamos en el 96. La guinda perfecta a una noche que me reconcilia con mi juventud cuarenteña y con mi generación, tras la experiencia con los jovenzuelos del siglo XXI. Estamos bien, chicos, puede que incluso mejor. Hemos superado la cósmica prueba de Jamiroquai.
Siempre lo diré: no hay nada en la vida más divertido que ir a un concierto (bueno, o casi nada ;-) ¡Ni más rejuvenecedor!
ResponderEliminarLa verdad es que no le he seguido yo mucho la pista a este chaval, pero aprovechando que has tenido la gentileza de crear una playlist, voy a enchufármela ahora mismo para sobrellevar este lunes tan lunes.
¡Me ha gustado tu crónica tan apasionada!
Qué grande la crónica, se nota que lo pasaste canica =)
ResponderEliminarVoy a meterme también en esa lista a ver que descubro, porque conozco muy poco de estos tipos. Pero retengo en la memoria muchos de sus vídeos en Mtv, eso sí ;)