Alone Again Or (by Carol)

‘Alone Again Or’ está entre ese puñado de canciones que me producen síndrome de Stendhal. Si en este mundo puede existir algo de una belleza tan abrumadora, todavía tenemos salvación.

Se trata de uno de esos temas que provocan gozo y melancolía al mismo tiempo, con los que sin darte cuenta se te está cayendo un lagrimón mientras sonríes. He estado pensando un rato y no acabo de decidir si es propiamente una “CBR”. Seguro que algunos diréis que no. Pero a mí me hace sentirme feliz y espero que a vosotros también.

Si cada una de las etapas o hechos de nuestra vida llevan asociada una banda sonora, el Forever Changes de Love será para siempre la de mi tiempo en Londres. No sé exactamente por qué me dio por ahí, pero el disco sonó sin parar durante todos los meses que viví en la ciudad. Me acompañó en mis largos trayectos en metro; en las caminatas por mi barrio del Este; en mi habitación, mientras “esperaba pacientemente” a que ocurriera algo allá y aquí, sin saber del todo dónde quería estar, permaneciendo en ese estado de expectación que es placentero y exasperante al mismo tiempo.

Forever Changes (1967) es un viaje al corazón de la psicodelia y el hippismo, una obra maestra que ha servido de inspiración a numerosísimas bandas. Un disco conmovedor y alucinante que hay que escuchar de principio a fin y dejar que te empape por completo, porque todos sus cortes son increíbles, aunque ‘Alone Again Or’ sea el más célebre -no confundir con 'Alone Again (Naturally)', que también me gusta mucho, por cierto-.

Nada sobra ni falta en esta composición llena de magia del guitarrista rítmico de la banda, Bryan MacLean (aunque fue el frontman de Love, Arthur Lee, quien añadió ese “Or” al título, dejándolo en suspenso): la bellísima melodía, la rica instrumentación, esa letra que en la voz de un tipo tan complejo como Lee dice tanto en sólo dos estrofas… Según Wikipedia, MacLean se inspiró en su novia para escribirla; según Songfacts, fue un tributo a su madre, bailarina de flamenco. No son versiones contradictorias, en realidad, si leemos la letra y nos fijamos sobre todo en la parte instrumental.

De entre las numerosas versiones, me quedo con ésta tan fiel de Calexico:

No puedo resistirme a dejaros el link al disco completo (a ver lo que dura online...). Os prometo que vuestro lunes se volverá mejor de inmediato. Como dice Leonard, “we are ugly but we have the music”. Menos mal.