Vuelve Efrén, nuestro intrépido colaborador-cronista buenrollero, para contarnos cómo fue la pasada noche del sábado en Madrid con Placebo.
El sonido se acercaba a la perfección, espectacular y envolvente, unos decibelios brutales y nítidos en los que los técnicos de sonido tuvieron matrícula Cum Laude. El montaje visual tuvo en este primer tercio un papel secundario en el que la sobriedad de Molko y Olsdal, junto al gran trabajo de batería de Steve Forrest suplieron con grandes dosis de rock puro los efectos electrónicos y lisérgicos que siempre acompañan a la banda.
El último tercio del show fue la llegada en tromba de nuevos temazos, había que rematar la faena y para ello tienen discografía y material de sobra para reivindicarse y relanzarnos sobre la pista del Palacio con sus ritmos frenéticos. Fue el momento de “For What It's Worth”, “Slave to Wadge”,” Special K”,” Song To Say Good Bye” y “The Bitter End”, en ese momento el concierto derivó hacia donde todos queríamos y deseábamos, la ya tradicional bandera arco iris envolviendo la espigada figura de Stefen Olsdal, aluviones de sonidos guitarreros y electrónicos e imágenes alucinógenas y distorsionadas en pantallas gigantes con mensajes directos: gozo, placer, locura, lujuria musical hasta el límite. Bien es cierto que la aportación de Fiona Brice, violinista pop y acompañante en esta gira quedó en todo momento apagada por el sonido contundente del rock que se apropió en todo momento de la situación pero en ese momento ya todo daba igual, estábamos allí para enloquecer y disfrutar.
La épica retrospectiva que tuvimos la suerte de presenciar
este sábado 29 de abril en el Palacio de los Deportes (Wizink Center) no es más
que la afirmación de que Placebo es uno de los grupos que mejor supera el paso
del tiempo. Rock directo y desgranado a través de sus grandes temas, habitantes
del Olimpo de nuestras listas más selectas, ellos no son una apuesta segura,
son la APUESTA con mayúsculas. Bien es cierto que cuando los vimos en 2015 en
Vistalegre durante la presentación de su álbum “Loud Like Love” y a pesar de lo
infame del sonido la banda mostró una cara más divertida y desenfadada. En este
último concierto sucedió justo al contrario, nos dejó su faceta más madura y
efectiva, lo que aporta un extra a su directo, implacable y espectacular en sí
mismo.
El show ante un Palacio abarrotado de una amplia mayoría de
adeptos y algún que otro neófito de la banda empezó con puntualidad británica,
a las 22.00 daba comienzo en las pantallas gigantes el video clip de su primer
gran hit “Every You Every Me”de su segundo álbum “Without You I´m Nothing”
publicado en 1998 para recordarnos que esta gira conmemora sus 20 años en
activo y nos advierte de que el concierto será un contundente viaje entre sus
principios, cuando fueron teloneros de
U2 en la gira Pop Mart allá por 1997 (en el que tuvimos la suerte de
disfrutarles por primera vez) y este año 2017 en el que nos encontramos.
Los asistentes, ya impacientes de deseo por sumergirse en
sus temazos e incontenibles ante el deseo de disfrutar de este momento
excepcional recibimos a Brian Molko que nos dedicó sus primeras palabras con un
“Buenas Noches”en perfecto acento castellano. Desde ese momento abrazamos sin
fisuras su primera propuesta en esta primera parte del concierto.
Para abrir boca una Intro ideal con ”Pure Morning”, “Loud
Like Love” ( ¡Oh Dios! qué exhibición de energía), “Jesus´Son”(estrenada para
la ocasión y en la que Brian Molko nos recordó que era el cumpleaños de la
banda), “Soulmates”, “Special Needs”, “Lazarus” y “Too Many Friends”, esta
magnífica selección nos hizo recordar realmente lo que habíamos venido a hacer
aquí, a reventar la artillería, a
dejarnos la piel en cada acorde, a ser ruidosos como el amor, maldita sea.
El sonido se acercaba a la perfección, espectacular y envolvente, unos decibelios brutales y nítidos en los que los técnicos de sonido tuvieron matrícula Cum Laude. El montaje visual tuvo en este primer tercio un papel secundario en el que la sobriedad de Molko y Olsdal, junto al gran trabajo de batería de Steve Forrest suplieron con grandes dosis de rock puro los efectos electrónicos y lisérgicos que siempre acompañan a la banda.
El segundo tercio del show nos adentró en su faceta más intimista
y melancólica, fue el momento de homenajes sentidos con canciones como “Twenty
Years”,” I Know”, ”Devil In The Details”, “Special Monkey”, ”Exit Wounds”, ”Protected Me”, “From What I Want”,” Without You I´m Nothing”, “36 Degrees” y “Lady
Of Flowers”. Aquí empezó la parte más retrospectiva del concierto con guiños a
su pasado e historia, la parte visual se abría paso a la musical con grandes
efectos de luz en los que aparecían partes del recorrido de la banda durante
estos años y por supuesto un merecido y obligado homenaje a su padrino, el gran David Bowie con su himno Without You I´m Nothing que ya cantaran a duo Molko y
el Duque Blanco hace 18 años. Los efectos de imagen nos dejaban imágenes del
mito a ritmo de este fantástico temazo a lo que la multitud coreaba en perfecta
sincronía con una sola voz: ¡¡Bowie, Bowie!! En recuerdo a la malograda pero
inmortal estrella.
El último tercio del show fue la llegada en tromba de nuevos temazos, había que rematar la faena y para ello tienen discografía y material de sobra para reivindicarse y relanzarnos sobre la pista del Palacio con sus ritmos frenéticos. Fue el momento de “For What It's Worth”, “Slave to Wadge”,” Special K”,” Song To Say Good Bye” y “The Bitter End”, en ese momento el concierto derivó hacia donde todos queríamos y deseábamos, la ya tradicional bandera arco iris envolviendo la espigada figura de Stefen Olsdal, aluviones de sonidos guitarreros y electrónicos e imágenes alucinógenas y distorsionadas en pantallas gigantes con mensajes directos: gozo, placer, locura, lujuria musical hasta el límite. Bien es cierto que la aportación de Fiona Brice, violinista pop y acompañante en esta gira quedó en todo momento apagada por el sonido contundente del rock que se apropió en todo momento de la situación pero en ese momento ya todo daba igual, estábamos allí para enloquecer y disfrutar.
El concierto acabó de forma rotunda con 4 bises: “Teenage
Angst”, ”Nancy Boy”, ”Infra-Red”(en la que aportaron su crítica política con
imágenes de Trump en las pantallas y el mensaje: ”Te hiere a ti y a todos los
que te rodean”). Para coronar esta gran ascensión el último bis fue para ese
temazo ochentero de la mítica Kate Bush “Running Up That Hill” que compuso en
1985 y que Placebo versionó en 2003 en su álbum Sleeping With Gosts, interpretación
desgarradora de esta canción que prolongaron en el tiempo ayudados por efectos
electrónicos, lisérgicos y visuales que daban por terminada la actuación. Dos
horas largas de concierto con un público entregado hacia este magnífico grupo que
es historia de la música y es uno de los
nuestros, porque sus canciones nos pertenecen y sus afiladas letras forman
parte de nuestra alma.
29/04/17.
Wizink Center (Sold Out)
Gira de Placebo
presentando su disco homenaje de 20 aniversario "A Place for Us To Dream"
Brian
Molko: Voz y guitarra
Stefan Olsdal: Bajo y coros
Steve Forrest: Batería
Fiona Brice: violín, teclado y coros
Llevaba la tira sin saber de este grupo .
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EliminarEstán en plena forma y son un torbellino en directo, te los recomiendo.
Eliminar¡Gracias por una crónica tan detallada y apasionada! Nunca les he visto en directo y ganas no me faltan.
ResponderEliminarSeguro que el momento Bowie fue muy emocionante, snif...
El próximo no te lo perderás, seguro que coincidiremos por fin. :)
EliminarNunca he sido mucho de esta banda, pero sólo por la pasión con la que has escrito la crónica ya me arrepiento de no haberles hecho más caso ;)
ResponderEliminarPD: Celebran su 20 aniversario... la leche, qué mayor estoy :P
Jajaja lo importante es saber madurar mejorando como ellos ;)
EliminarTransmites un entusiasmo y una pasión difíciles de eludir... Habrá que ver a Placebo 😊
ResponderEliminarGracias Isa, un placer de corazón volver a colaborar con vosotras. El próximo no te lo perderás¡Ya me encargaré de que así sea!
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