El cielo, que parecía caer sobre nuestras cabezas en forma de diluvio universal horas antes, regaló una tregua seca que animó a acercarnos a la mítica sala Costello con expectación e interés. Esta noche tocaba escuchar a una nueva banda madrileña llamada Molly Boomers, quinteto formado por irreductibles músicos, habituales de la escena madrileña de pequeñas salas y curtidos en bandas de rebeldes inconformistas que pelean por abrirse paso en el difícil mundo de la música.
La sala presentaba un lleno absoluto para recibir su No Serotonin Levels, primer álbum del grupo, grabado en los estudios Corleone de Madrid y masterizado en Ultramarinos Mastering de Barcelona. Es realmente gratificante que este primer trabajo nos traslade al Seattle más creativo y canalla de los años 90. Una oleada grunge y evocadora de aquellos años de excesos e imaginación a raudales que influenciara a todo el planeta y marcara el rumbo de una generación, fluía esta noche en la Costello.