El despertar de mi adolescencia estuvo marcado por Roseanne, una serie excepcional en muchos sentidos. Para empezar estaba protagonizada por una gorda de clase obrera -algo insólito en una serie estadounidense de los ochenta- y que no tenía problemas en hablar abiertamente de sexo, de desigualdad social, de política, de homosexualidad. Fue pionera en muchos sentidos y muy feminista también. Aquí el cabeza de familia era ella, porque él (Dan, John Goodman) era un pusilánime a caballo entre Pedro Picapiedra y Hommer Simpson ;-). En cualquier caso, me encantaba esa pareja.
En realidad, les tenía mucho cariño a casi todos los personajes porque Jackie (Laurie Metcalf), la hermana de Roseanne, también me caía muy bien. Mi favorita era Darlene (Sara Gilbert), la hija rebelde y borde, con la que me identificaba plenamente, aunque me daba un poco de lastimilla como trataba a su chico (David, Johnny Galecki, con quien se liaría años después en The Big Bang Theory.
En realidad, les tenía mucho cariño a casi todos los personajes porque Jackie (Laurie Metcalf), la hermana de Roseanne, también me caía muy bien. Mi favorita era Darlene (Sara Gilbert), la hija rebelde y borde, con la que me identificaba plenamente, aunque me daba un poco de lastimilla como trataba a su chico (David, Johnny Galecki, con quien se liaría años después en The Big Bang Theory.