DIEZ AÑOS DE CBR

sábado, 28 de abril de 2012

Holiday (by Isa)

No creáis que os hemos abandonado... es que estamos de vacaciones... o pensando en ellas, que es todavía mejor. Por eso, no se me vienen a la cabeza más que temas intrascendentes, ligeros y banales, como éste de la reina del Pop.

Holiday (1983) es el tercer sencillo del álbum debut Madonna (o The First Album) de la cantante pop estadounidense Madonna. La canción fue escrita por Curtis Hudson y Lisa Stevens, y fue ofrecida anteriormente a Mary Wilson, ex-miembro de The Supremes, quien la rechazó, con muy poca visión...  Luego se convirtió en un megaéxito, versionado por múltiples cantantes y estilos.

Con una letra simple y pegadiza y una melodía ochentera salpicada de elementos disco, Holiday es uno de los temas más famosos  e imprescindibles de Madonna, como demuestra que la haya interpretado en todas sus giras, excepto en el Confessions Tour (2006), aunque sí que incluyó una pequeña parte de la canción en la introducción de Music Inferno.

Aquí os dejo el videoclip... ¡¡y disfrutar de las vacaciones!!


miércoles, 25 de abril de 2012

First of the Gang to Die (by Carol)

Estos días he estado pensando, por distintas razones, en tres personas muy importantes en mi vida que están vinculadas con esta canción (porque les gusta mucho, o porque son muy fans de Morrissey, o por ambas cosas). Es, además, una de las que nunca faltan en mis playlists de buen humor, porque me hace venirme arriba enseguida. Así que ya estaba tardando en escribir sobre ella en este blog.

Olvidemos sus delirios de grandeza. Olvidemos sus majaderías de vegetariano radical, sus excentricidades, sus aires de prima donna. Sí, Morrissey es un borde, pero es también uno de los más grandes genios de la música pop, capaz de componer canciones de una belleza y una tristeza infinitas, que al mismo tiempo que te hacen polvo te ayudan a sentirte menos solo en este mundo tan jodido. Personalmente, creo que esto es más que suficiente para perdonarle su lado "pa chulo, yo".

The Smiths llegaron a mí en una cinta de casete que me grabó uno de mis mejores amigos, que es también una de las personas a las que más debo musicalmente hablando; entre mis deudas está esa magnífica recopilación de temas cumbre de los de Manchester. [Permitidme una breve historia paralela: tras irse al Reino Unido para asistir un concierto de Morrissey que duró cinco minutos, porque nuestra dramaqueen favorita se rebotó con un tipo del público y se largó del escenario para no volver, mi amigo juró que no volvería a verle tocar ni en las fiestas patronales de nuestro pueblo. Nunca me lo he creído, tío ;-)

Vaya por delante que no soy una experta en la banda ni en Mozzer, y casi ninguno de sus fans suele estar de acuerdo con lo que voy a decir, pero pienso que su obra en solitario no desmerece en absoluto de su época Smiths. De hecho, dos de los discos que más me gustan de él pertenecen a su etapa más reciente: You Are the Quarry y el oscurísimo Ringleader of the Tormentors.

You Are the Quarry (2004, Sanctuary/Attack, producido por Jerry Finn) supuso el retorno de Morrissey tras muchos años de silencio discográfico (desde Maladjusted, editado en 1997) y no decepcionó a nadie. Como he dicho, a mí me flipa este disco, desde la portada hasta los temas; incluso el orden de los mismos me parece elegido con cuidado y acierto. Entre los más memorables está "First of the Gang to Die": guitarras vibrantes, estribillo pegadizo y un cierre memorable, de los de cantar a pleno pulmón abrazando a tus amigos en antros nocturnos, en plena fase etílica de exaltación de la amistad (quien dice en un garito dice en un trayecto en coche o en un concierto, a ver si vais a pensar que no hago otra cosa que estar en bares...). Claro que tiene letras mejores, pero la de "First…" es brillante y diferente. Tal vez porque no está escrita desde el punto de vista intimista que es más habitual en Moz (como en esa gema escondida del disco que es "I Have Forgiven Jesus", por ejemplo) y él no es el protagonista (y mira que tiene afán de protagonismo). Me gustan mucho las canciones que se inspiran en historias externas, que crean una nueva a partir de ésta y que te traen a la cabeza referencias de otros géneros. Cuando escucho a Morrissey cantar sobre esta banda de delincuentes juveniles liderada por Hector, “the first of the band with a gun in his hand and the first to do time”, pienso en esa obra maestra del cine de gánsteres que es Érase una vez en América (aunque, muy probablemente, no tenga nada que ver con ella).

Disfrutad del genio de Steven Patrick. Y luego zampaos un chuletón de Ávila sin ningún tipo de remordimiento. Es compatible, en serio.


viernes, 20 de abril de 2012

Believe (by Isa)

Ya he sobrevivido a la primera semana del resto de mi vida. Cuando el último tercio de tu existencia te has levantado sabiendo hacia donde encaminar tus pies, la primera mañana en que tomas consciencia de que no tienes que hacerlo, de que no lo vas a hacer nunca más es imposible no sentirse desubicada. Pero esa mañana ya pasó, y a esa mañana la han seguido otras hasta completar una semana... Sí, hace diez días desde que me despidieron.

Por mucho que intente evitarlo, la autoestima se resiente en situaciones como la mía y es necesario hacer un esfuerzo hercúleo para no abandonarme a la desazón , alzar la cabeza y mirar hacia delante... y, sobre todo, hacia dentro para buscar razones por las que gustarme, motivos para creer en mí.

Estos días me ha ayudado mucho esta canción de K's Choice, un grupo de rock belga surgido a mediados de los 90 que me tuvo enganchada durante la última parte de mi etapa universitaria. El tandem formado por los hermanos Bettens, con la peculiar voz de Sarah y el buen hacer instrumental de Gert, dió al menos tres buenos discos por aquellos años que están bien alojados en mi iPod: 'The Great Subconcious Club', 'Paradise in me' y 'Cocoon Crash'. De éste último es Believe, el tema que he elegido para recuperar la autoconfianza.

Vibrante, cálida, con ése cambio de velocidad y de tono que me gusta a mí tanto en una canción hecha para modificar tu estado de ánimo, y con una letra humilde, que transmite ese sentimiento de vulnerabilidad que tiene una cuando está desamparada, y un enérgico propósito de acción positiva. Aún recuerdo como me emocionó escucharla en directo hace ya muuuuuchos años en la extinta Sala Arena, antes de ser prostituida por las marcas para dejarse perecer...





I'm willing to go on but not alone, not now
I'm so aware of everything


Estoy luchando por seguir adelante pero no sola, no ahora.
Estoy muy alerta por todo.

 Gracias a todos los que habéis estado ahí (aquí) esta semana, la primera del resto de mi vida.

martes, 10 de abril de 2012

Disco 2000 (by Carol)

Las cosas te llegan cuando te llegan. Tanto si hablamos de arte como de personas, a veces ocurre que quien/lo que en un momento dado te pareció extraordinario pierde todo interés después de un tiempo. (Supongo que sólo lo realmente excepcional conserva su encanto con el paso de los años).

Otras veces sucede al contrario. Te enamoras de pelis, de libros, de grupos que antes no te decían absolutamente nada -porque no llegaron en el momento oportuno, porque no estabas preparada para apreciarlos o simplemente porque los gustos cambian, y con los años somos menos radicales en cuanto a preferencias se refiere-. De pronto ocurre, se obra el milagro, ese instante único de deslumbramiento, y te preguntas cómo puedes haber vivido todo ese tiempo sin conocer tal o cual cosa.

El caso es que, en los 90, la explosión del grunge y el brit pop a mí me pilló en otra cosa. Por entonces no sonaba en mi equipo de alta fidelidad nada que no fuera rock en español, garage, música 50s-60s y bandas revivalistas mods. Lo demás no sólo no me interesaba nada, sino que era militantemente hostil hacia las tendencias del momento. Mi bestia negra eran (y lo siguen siendo) Oasis; ¡la de discusiones que habré tenido a cuenta de los bocazas de los Gallagher! Pero ésa es otra historia y no viene al caso. A día de hoy, aun reconociendo que de ambas escenas surgieron grandes bandas, sigo sin ser fan de ninguna de ellas, ni siquiera de Nirvana. Sólo hay una excepción: Pulp.

Recuerdo que un amigo me prestó el CD de ‘His 'n' Hers’. Tras un par de escuchas poco entusiastas, me limité a grabarlo en una casete, como era de rigor entonces, y no le di más oportunidades. Y mira que en ese disco hay temazos bárbaros que ahora escucho por lo menos una vez a la semana (Do you remember the first time? o Babies, por ejemplo). En fin, no era mi momento. Tendrían que pasar varios años para que descubriera (escuchara) de verdad a Jarvis Cocker y sus chicos. ‘Different Class’ (Island Records, 1995) cayó en mis manos casi por casualidad, curioseando en las estanterías de la difunta Madrid Rock de Gran Vía. Lo escuché con la atención que merecía y leí cuidadosamente las letras, primero siguiendo las instrucciones del librito interior (“Please do not read the lyrics whilst listening to the recordings”) y luego saltándomelas a la torera. Y bueno… pues flipé. Si es la música lo que primero suele seducirnos de las canciones, y es por eso que podemos enamorarnos de ellas aunque estén escritas en un idioma que no comprendemos, en el caso de Pulp a mí me noquearon las letras. Esas pequeñas y turbadoras historias de perversión, de amor no correspondido (o sí), de tipos que espían a chicas mientras se desnudan en su cuarto, de snobs que quieren codearse con la gente corriente… Súmale un espectacular sentido de la imagen y el carisma de la banda (en especial de un frontman con semejante talento). No hay quien se resista.

Disco 2000 fue uno de los más celebrados singles de ese álbum. No todas las canciones de Pulp podrían servir para este blog, por lo inquietante de sus atmósferas (así ocurre con la prodigiosa This is Hardcore). De hecho, aunque Disco 2000 es un llenapistas infalible, la letra no es exactamente de buen rollo. Es una historia algo amarga sobre el eterno amigo de la chica cool del instituto, enamorado de ella desde chiquilín sin conseguir nunca ser más que el chico inofensivo que la acompaña a casa de vez en cuando. En fin, quién no se ha sentido así alguna vez (en el caso del chaval, digo). Sea por lo que sea, es una de mis canciones preferidas de los de Sheffield y me despierta el impulso incontrolable de bailar y corearla a grito pelado la escuche donde la escuche. Os recomiendo que, si no la conocéis, leáis la letra con atención. Es una pequeña obra maestra, como también lo es el increíble videoclip dirigido por Pedro Romhanyi. “What are you doing Sunday baby?”…


miércoles, 4 de abril de 2012

Message in a bottle (by Isa)

Queridos amiguitos buenrolleros: me voy de vacaciones hasta la semana que viene... Un merecido descanso, unos días de cambio de aires para despejar la mente y refrescar las ideas. Procuraré desconectar, aunque no prometo nada... soy un animal social.

Me temo que no serviría de naúfraga solitaria y acabaría desesperada lanzando al mar mensajes dentro de botellas, como el personaje de la mítica canción de The Police.

'Message in a bottle' es sin lugar a dudas una de mis canciones favoritas del grupo británico, que son unas cuantas. Tengo cierta debilidad por ese trío de rubitos delgadines y pizpiretos que marcaron con su estilo la estética europea del cambio de década de los 70 a los 80, dulcificando el punk y jugando a hacer fusión entre el rock y el reggae.

Y es que el sonido Police es muy reconocible, con sus pioneras incursiones del sintetizador en una formación de rock básica (guitarra, bajo y batería) y el original tono vocal de Gordon Sumner (Sting) que imprime carácter hasta a sus colaboraciones corales en los temas de otras bandas.

No es difícil sentirse un naúfrago en la sociedad actual, individualista y deshumanizada... Todos somos a veces un poco el prota de 'Message in a bottle': solos en nuestro sofá, enviando SOS al mundo vía Twitter y esperando que alguien nos escuche, nos conteste... nos quiera.

Os enlazo el videoclip oficial del tema aquí, que no me deja insertarlo... pero os dejo el vídeo de esta actuación en directo de 1979, el año en el que se publicó la canción, que traslada la química del tema francamente bien. Tan bien, como lo viví en propias carnes el septiembre de 2007 en Barcelona...

¡Que lo disfruteis!